Todas en fila. Se les quedó mirando fijamente con lascivia. Escogió la tercera de la segunda fila. Con la mano izquierda le ciñó el cuello. Con la derecha empezó a acariciarle el vientre. Apasionadamente acercó sus labios a la boca anhelante de ella. Después, se la bebió enterita.
José Barnoya
1 comentario:
Qué más decir de tus pinturas de lo que he dicho hasta ahora? Simplemente que tienen la fuerza y el carácter que les imprime la artista, de sí misma. Que, aunque no nos conocemos en persona, creo que así es.
Un beso.
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